La entrevista retrata a este joven al que de momento todo el viene de cara y por sorpresa, "asimilo la fama con tranquilidad", asegura, "voy al Mercadona, saco a mi perro y estoy con mis amigos como cualquier chaval".
Así empezó todo, "estaba en el instituto y mi compañero de pupitre me dijo que el director de Celda 211 estaba haciendo un casting y me dije, bueno, por lo menos pierdo dos horas de clase. Cuando fui a entrar había muchas chicas y me dio vergüenza, cogí la mochila y me iba a ir cuando Yolanda Serrano, directora del casting, me paró y entré".
Confesiones como que lo que más le "ha costado es la secuencia de desnudo. La noche anterior me costó conciliar el sueño. Llegas nuevo y tienes toda una jornada de trabajo en bolas, es un poco duro". "Ahora estoy más tranquilo viendo que la película está gustando y eso compensa porque todos los momentos del rodaje no fueron buenos, como las persecuciones entre lancha y helicóptero".