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Grecia sigue revelando sus tesoros

Un grupo de arqueólogos ha descubierto en la región de Macedonia, en el norte de Grecia, una tumba antigua que data de entre los años 325 y 300 antes de Cristo.

El monumento, situado en la antigua ciudad de Anfípolis, es un montículo de 30 metros de alto rodeado de un muro circular de casi 500 metros construído en mármol de Tasos y coronado por la estatua de un león.

Para acceder a la entrada del templo hay un camino de unos cinco metros de ancho custodiado por las estatuas de dos esfinges.

Por el momento se desconoce la identidad de la persona enterrada en su interior aunque los expertos se inclinan por una figura masculina.

Aunque los arqueólogos se muestran cautos, se ha especulado con la posibilidad de que se trate de la tumba de Alejandro Magno, muerto en Babilonia en el año 323 antes de Cristo.

El primer ministro griego, Andonis Samaras, visitó hace unos días el yacimiento.

"Se trata de un descubrimiento especialmente importante, dijo Samaras.

La tierra de Macedonia sigue sorprendiéndonos, sigue revelándonos los tesoros únicos que la componen. Tesoros que forman parte del mosaico de nuestra historia".

Los arqueólogos que empezaron a trabajar en este yacimiento en 2012

ya han podido acceder a la entrada del templo.

Científicos de la Universidad Autónoma de México (UNAM) empezarán muy pronto a investigar en la pirámide de Kukulcán, situada en la Península de Yucatán.

Los científicos buscarán túneles, tumbas y cámaras ocultas con ayuda de un proceso conocido como tomografía de resistencia eléctrica.

"Lo primero es demostrar si existen o no esas estructuras por debajo de la pirámide lo cual sería muy importante para la arqueología mexicana", asegura Rene Chávez, del Instituto de Geofísica de la UNAM.

Esta nueva tecnología consiste en la colocación de electrodos rodeando la estructura que se quiere investigar y el envío de corrientes eléctricas al suelo.

Y, ¿qué tal si en lugar de estudiar la pirámide en la misma superficie donde está superpuesta en el suelo subimos nuestros sensores y en lugar de iluminar el subsuelo iluminamos el volumen de la pirámide? Creo que sería un paso muy importante", asegura Juan Esteban Hernández, otro de los investigadores.

Los científicos se dirigirán a la zona arqueológica en la que se encuentra la pirámide en los próximos meses con 200 kilos de equipamiento.

"Lo que encontremos y los resultados de nuestra investigación

abrirán una brecha para estudiar otras zonas arqueológicas u otras pirámides en México que podremos estudiar de la misma manera", explica Andrés Tejero, otro de los miembros del equipo.

La pirámide de Kukulcán se encuentra en la antigua ciudad de Chichen Itza.

La civilización Maya alcanzó su apogeo entre los años 250 y 900 después de Cristo cuando gobernó sobre grandes extensiones de lo que hoy es el sur de México, Guatemala, Belize y Honduras.

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