"Pues señor, llevamos cuatro abdicaciones y ya sólo nos queda Tomás Gómez. Por favor, que se quede Tomás Gómez, a ver si el PP gana las elecciones en Madrid. Pero, en fin... Se ha ido Rubalcaba, se ha ido Susana Díaz, se ha ido Pere Navarro. Ya de los grandes feudos otrora importantes de la PSOE pues sólo queda Madrid, que en fin, se queda Tomás Gómez, que es, como quien dice, que no se queda nadie. Pero Rubalcaba, en su último servicio al Estado, ese hombre providencial, ese hombre tan importante, ese hombre extraordinario cuya marcha sería bueno…una cosa, pues cuando se ha ido en su discurso ha dejado abierto, ni más ni menos, que el melón de la reforma constitucional. Se ha declarado republicano, ha dicho que su partido es republicano, bueno, su partido es republicano o monárquico, ha estado más años en el gobierno que una monarquía o que el PP, esto es, monárquico a sus horas, republicano cuando le conviene, dictatorial si le parece bien, democrático si toca, en fin, el PSOE es lo que sea para mandar. Lo ha sido siempre y me temo que siempre lo será.
Pero el problema es que ha dicho que quiere una reforma constitucional y no ha dicho cual. ¿Podría decirnos Rubalcaba qué reforma quiere? Navarro se ha ido porque dicen que había pactado una reforma con Rubalcaba… ¿Navarro y Rubalcaba pactando una reforma constitucional? ¿Pero quiénes son Navarro y Rubalcaba? Pero, sobre todo, ¿qué reforma constitucional quiere el PSOE? ¿Quiere una reforma en la que toda España sean colonias del País Vasco y de Cataluña, o de Cataluña y el País Vasco, por ese orden? ¿Quiere que exista la soberanía de La Rioja, de Murcia, todos confederales, todos soberanos y viva Cartagena? ¿Qué quiere el PSOE? ¿Qué reforma quiere? Que no digan que quieren una reforma, digan qué reforma quieren. Y entonces, cuando digan qué reforma quieren, a lo mejor hay reforma. Yo creo que ni ellos saben lo que quieren. Lo que querrían era quedarse y están más pallá que pacá".