El cementerio de La Almudena abría sus puertas en 1884. A lo largo de sus 130 años de historia sus instalaciones se han ido descuidando y hoy muestra un paisaje desolador. Muchos nichos en ruinas, estructuras apuntaladas, sepulturas abiertas, escaleras muy deterioradas y que podrían ser una trampa o aceras sin adoquines no pasan desapercibidos para los visitantes. "Lo veo en muy mal estado, un abandono total, da pena verlo" afirmaba un hombre a la cámara de Libertad Digital, "están haciendo cada vez más recortes y esto repercute en el ciudadano" comentaba otra persona.
Los robos también son un problema, muchas lápidas han perdido sus cruces y detalles en oro. Falta personal de vigilancia y los ciudadanos y visitantes que acuden al cementerio no sólo temen que expolien sus propiedades funerarias, sino que muchos acuden a La Almudena dejando joyas y relojes en casa. "En la puerta había un guardia jurado, ahora entras y en la puerta no hay nadie, ahora no ves a nadie" denunciaba una señora, "pones cualquier tiesto o cualquier cosa que sea para tus semejantes y, cuando a la próxima vienes, ya no está, ya se lo han llevado, no sé por qué".
El personal de limpieza también es casi inexistente y cuesta encontrar a alguien que ofrezca orientación en un espacio tan laberíntico. Desde el Ayuntamiento aseguran que han dado dinero suficiente a la empresa mixta de servicios funerarios para garantizar el buen estado de las instalaciones. Hace año y medio el consistorio se comprometía a crear un plan del cementerio, pero lo cierto es que pasa el tiempo y el cementerio de La Almudena está cada vez más abandonado.