El stock de vivienda superaba las 800 mil unidades en septiembre de 2011, según estimaciones de la filial inmobiliaria de CatalunyaCaixa. En torno a 700 mil estima la Asociación de Promotores y Constructores de España. En cualquier caso, cifras muy elevadas aún. Pisos a los que no se le encuentra salida ni con la mejor de las rebajas por la falta de financiación.
El crédito paraliza las actividades inmobiliarias, aunque algunos incentivos logran suavizar las caídas. Es el caso de las hipotecas, descienden un 36% en noviembre respecto al mismo mes de 2010, aunque el descenso se aleja, al menos, del 40% registrado en meses anteriores.
La morosidad sigue disparada, pero más entre empresas vinculadas al sector que entre particulares. Sin embargo, las entidades financieras, como ya ha denunciado algún partido político, están aceptando daciones en pago de empresas antes que de las familias. Y aún así aumenta el lastre del crédito al promotor para evitar que los activos inmobiliarios continúen creciendo y pesando en los balances bancarios.
La reestructuración del sistema financiero se ha convertido en la pieza clave. El crédito es la panacea que reclaman tanto demandantes de vivienda, como constructores, promotores, empresas de reforma... todos. Y las consecuencias se reflejan en que la crisis inmobiliaria y de crédito se ha llevado ya por delante desde 2008 a casi un 24% de las empresas dedicadas a la construcción de edificios. Y, según Esade, un 21% del número de sociedades dedicadas a la construcción especializada.
De todas estas cuestiones y muchas otras hablamos esta semana con José Manuel Galindo, presidente de la patronal de promotores y constructores APCE y ASPRIMA.
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