Entonces los tontos de los cojones son los que votan al Psoe para que engendros como este vivan de lujo y su hijo concejal, al estilo Chaves ya sabemos quienes votan a estos.
No olvidar lo inolvidable. Lo que denuncia el candidato es verdad, pero ¿ no es menos cierto que el PP no actuo cuando les insulto llamandoles "tontos de los cojones"?. En aquel momento todos los afiliados al PP con su carnet correspondiente deberian haber ido al juzgado para denunciar el insulto y pedir JUDICIALMENTE que se retractara. Pero ¿ que hicieron? NADA. Las "chulerias" hay que cortarlas de raiz y no mirar para otro lado.
Vaya, vaya con el "tonto de los cojones"...
Esto demuestra que los "tontosloscojones" estan en otro sitio de donde el los colocó.
En Getafe.
Pedro de Castro es una especie de presidente de comunidad de vecinos de barriada marginal.
Es la España profunda crecida y venida a más.
Que el PSOE no haya expulsado a este siniestro personaje de sus filas es un síntoma del cancer que padece el partido.
Vaya negocio este de los "asesores". 50 tiene Pedrito Castro, 664 el chontas de la Monclos, mil y pico Ramsés Gallardothep III del Manzanares, y la lista sigue y sigue...
Se me ocurre que, de esta interminable lista de "asestores" (al herario público), lo serán verdaderamente una pequeña fracción de manera profesional.
El resto, aparte de repetir puesto en varias instituciones (si no, no se entiende esta cascada de gentes anónimas), seguro que son meros astados mansurrones designados digitalmente por el cacique de turno y por la "famiglia" local del "apparatchik" del partido, a partes iguales.
Les dotan de un sueldo desmesurado para sus supuestas habilidades (vistos los resultados no se puede decir otra cosa), de los que una suculenta porción va para el "partío", y seguramente una mas pequeña, aunque no menos suculenta, irá destinada al "Padrino" que les desvirgó en la cosa de la piratería institucional.
Esta práctica ordeñadora es mas vieja que sacarle la leche a las vacas, pero su nivel de perfeccionamiento ha alcanzado su máximo esplendor con la llegada de los marxistas leninistas al ruedo político.