La compañía pidió que cuatro pasajeros, ya embarcados, cedieran su asiento a miembros de la plantilla que tenían que estar en destino. Pese a la compensación económica, no hubo voluntarios, seleccionaron cuatro nombres y llegaron a sacar por la fuerza a uno de los pasajeros, que quería, como el resto, llegar a Louisville desde Chicago. Según The New York Times, los otros tres sí accedieron. La compañía alega que se le pidió "con educación" que dejara el avión y que recurrieron a la Policía ante sus negativas. Dos pasajeros grabaron la escena, que se ha difundido rápidamente por internet.

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