El programa, que se graba en una paradisíaca isla de las Seychelles, dejó en nada las grescas que tienen lugar en la versión española del reality que emite Telecinco.
Todo comenzó como una prueba habitual, pero algo ocurrió y las dos participantes decidieron ajustar cuentas de verdad: el juego se convirtió en algo agresivo, en una pelea de verdad que dejó atónitos a los demás participantes, testigos de la prueba, y a los espectadores.