La DLR controla desde Alemania este pequeño artefacto de apenas un metro cúbico desprendido de la sonda Rosetta. Koen Geurts, director técnico de la misión, lo explica: “Rosetta vuela aproximadamente a 200 kilómetros sobre el cometa. Empezará a enviar señales para tratar de conectar con Philae, y si esta se conecta porque tiene suficiente energía solar en las baterías y responde, estableceremos un enlace”. Están preparando cualquier eventualidad que pueda suceder durante la conexión. “Como anticipábamos la situación en la que la batería secundaria no podía mantener la actividad”, continúa Geurts, “tenemos que confiar en la energía solar solamente. Estamos buscando mediciones autónomas, por ejemplo la del campo magnético, tomar imágenes alrededor de Philae, hacer mediciones térmicas, medidas rápidas que nos den más información”.
La sonda Rosetta hizo historia al colocarse en enero de 2014 alrededor del cometa y Philae la hizo de nuevo al conseguir posarse en el mismo en noviembre del mismo año.