El proyecto se puso en marcha en 2010 a bordo del Royal Research Ship. Una vez en la Antártida, los investigadores sumergieron el robot equipado con un sónar. Su misión era comenzar a realizar este mapa en una zona de unos 500.000 metros cuadrados. Los investigadores del British Antartic Survey querían combinar los datos del robot con datos de la superficie obtenidos gracias a un satélite. El equipo pudo medir así el grosor de la capa de hielo.
Gracias a este proyecto, los científicos pueden obtener datos más precisos sobre las consecuencias del calentamiento del planeta. "La capa de hielo es muy importante", explica Jeremy Wilkinson, uno de los miembros del equipo. "Si te encuentras en una nave espacial y miras hacia la Tierra y te fijas en las regiones polares, éstas son muy blancas. En ellas se refleja la luz del sol, esa luz vuelve al espacio. Si esta capa de hielo en los polos no existiese, la absorción de la radiación solar aumentaría y ésto calentaría mucho el planeta".
Los científicos aseguran que la capa de hielo en el Mar de Bellingshausen, en la Antártida, ha disminuído considerablemente en los últimos años. Ahora, con estos nuevos datos, intentarán descubrir por qué.