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¿Cómo evita que sus brazos se peguen?

Desvelando los misterios del pulpo

Es un misterio que los científicos intentan desvelar desde hace tiempo: ¿cómo un pulpo consigue que sus brazos no se peguen a pesar de que cada uno ellos se mueve de manera independiente?

En la Universidad de Jerusalén, dos científicos aseguran haber encontrado la respuesta. Cada brazo del pulpo funciona de manera autónoma. De hecho, una vez amputado, un brazo puede seguir moviéndose durante casi una hora.

Los científicos colocaron juntos varios brazos del mismo pulpo amputados y verificaron que no se pegaban los unos a los otros a no ser que se les retirase la piel, como explica el neurocientífico Guy Levy, uno de los responsables de la investigación:

Verificamos que el brazo amputado se pegaba al brazo sin piel como si de cualquier otro objeto se tratase. Pero cuando estiramos solo la piel sobre discos de plástico, el brazo amputado no se agarró a ellos. El brazo no reaccionó a la piel.

Pero sí hubiese reaccionado si se hubiese tratado de la piel de otro pulpo. De hecho, los científicos aseguran que el cerebro de un pulpo consigue distinguir sus propios brazos.

"Un pulpo podría agarrarse a la piel de otro para comerla pero no haría lo mismo si fuese su propia piel, explica Levy. "Es una fantástica solución de la naturaleza a un problema muy complicado. Los pulpos no controlan ni calculan dónde están sus brazos para que no se peguen, simplemente su cerebro se anticipa y evita que los brazos se peguen entre ellos".

Los científicos aseguran que este mecanismo de reconocimiento sería muy útil para el desarrollo de los robots tanto para operaciones médicas como para misiones de rescate en las que se necesita distiguir entre diferentes superficies.

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