"Nunca nos creímos que Rubalcaba se había ido, por una razón: porque no se había ido. ¿Ustedes lo han visto que se haya ido? No, ¿verdad? Entonces es que no se había ido. En sólo dos días le ha dado la vuelta a la tortilla y de ser un escombro humano en manos de Susana Díaz se ha convertido, de nuevo, en el hombre que reparte el juego, el que manda en el partido y el que va a decidir si manda Susana Díaz u otro, o sea, que de momento manda él.
Le ha dicho Barreda, de la estirpe de Bono y García Page, de esta estirpe manchega que se resiste a la evidencia, le ha dicho "no se puede dimitir y no dimitir". ¿Que no se puede? Ahí está Rubalcaba para demostrarlo, claro que se puede. El que tiene el control del aparato en un partido político español hace lo que le da la gana hasta el momento en el que lo tiren por un balcón, e incluso si sobrevive después de tirarlo seguirá haciendo lo que le da la gana.
¿Qué va a hacer ahora Rubalcaba? Va a hacer unas elecciones falsas, falsamente primarias, para condicionar al congreso, va a alargar el congreso y nos vamos a ir entre pitos y flautas no ya al otoño, a Navidades, con lo cual Rubalcaba ha ganado siete u ocho meses de poder. Y después, si empatan, pues a lo mejor el árbitro quiere tirar el penalti. Es un genio Rubalcaba, para el mal, pero un genio".