Para mí, tener en las manos un libro de Ian McEwan es casi una garantía de divertimento literario, sé que me vo a encontrar un texto que me va a enganchar desde la primera página. Es el caso de esta última que ha publicado, Operación Dulce, la historia de una estudiante, Serena Frome, que es contratada por el MI5 y se convierte en una especie de espía.
A mí las historias de espías, y este tipo de intrigas políticas, pues quizá no sea lo que más me interese, pero una vez más McEwan me sorprende, porque el marco del argumento es lo de menos: lo de más es la capacidad extraordinaria que tiene este autor para contar una buena historia.
Este libro tiene en su final, que obviamente no puedo desvelar, una sorpresa y una carambola literaria que demuestran, una vez más, la capacidad extraordinaria de McEwan como novelista.