Fiorella comenta que el libro "surge de un momento difícil y al mismo tiempo como cumbre en mi vida en el que empiezo a plantear un montón de cosas que han pasado y quiero ser consciente de lo que ha pasado con mi vida en los últimos años y en todos los años, y empiezo como una terapia para mí, escribir como si fuera una manera de liberarme, de contarme a mí misma lo que estaba viviendo".
Destaca lo duro que ha sido enfrentarse a algunos de sus recuerdos más dolorosos: "Me costó muchísimo. Lo que más me costaba era hablar de mi madre, porque es duro porque fue muy difícil, muy complejo hasta su muerte y ponerlo sobre el papel me parecía fortísimo".
"Ha sido una vida apasionada, apasionante. Mucha gente me dice que no son unas memorias sino una novela" sentencia la actriz.