Se trata de un espectáculo musical que aúna humor, teatro, magia, música y algo de terror. Según explica Ávila, "Hemos trabajado con el gustimiedo". Así, aparecen personajes de terror que -sin embargo- resultan cómicos, como el Conde Drácula sin colmillo.
Ávila y Gracia, por su parte, encarnan a dos vendedores ambulantes que intentan engañar a la gente con elixires que no sirven para nada. Unos farsantes que intentan descubrir lo que dice El Gran Libro Mágico.
Además, según han avanzado, éste montaje es tan solo "la primera parte de una trilogía". "La siguiente se desarrollará en un circo".