"Incluso en una utopía alguien debe limpiar la mugre. Y ahí es donde entro yo. La chica me prometió una salida y yo estaba lo suficientemente desesperado para creerla.
– ¿Tiene un nombre, señorita?
– Elizabeth. Puedes llamarme Elizabeth.
Todos fuimos enterrados en el mar. Simplemente no lo sabíamos."